En la última década se ha utilizado en multitud de debates televisivos así como en artículos de prensa el concepto pensamiento crítico como término genérico y en ocasiones vacío de contenido para aportar cierta fuerza y veracidad al mensaje que se trataba transmitir pero sin ahondar en el significado.
¿Qué es entonces el pensamiento
crítico? ¿Para qué puede servirme? Bien, vayamos por partes.
El pensamiento crítico es una
habilidad que nos permite analizar, diseccionar, un mensaje separando los
hechos objetivos de la opinión. Esto es importante porque si somos capaces de
separar la parte objetiva de la subjetiva de un mensaje seremos capaces de
observar cual es la intencionalidad del emisor y de esta manera no ser
engañados ni caer en subterfugios retóricos tan fácilmente.
Cómo he indicado en la definición,
creo importante resaltar el hecho de que se trata de una habilidad, ¿Qué
quiere decir esto? Pues qué como todo en
esta vida el pensamiento crítico puede ser enseñado y aprendido, tan solo es
cuestión de ponerse a ello. Tristemente, podemos sobrevivir en la sociedad
actual sin tan siquiera haber llegado a oír este término; se puede llegar
a ser considerado como un personaje de éxito sin tener opinión propia y lo
peor de todo es que es realmente sencillo.
Veámoslo con el caso siguiente. Imaginémonos al español medio que lee de manera más o menos habitual un determinado periódico. Este ha crecido en un barrio obrero y desde bien pequeño se le han inculcado ideas de índole progresista, lo que se mal conoce a nivel popular como una persona de izquierdas. Este personaje va cada mañana a tomarse el desayuno al bar que hay al lado de su casa y le gusta mantenerse informado sobre la actualidad, por lo que mientras devora su bocadillo y bebe a pequeños sorbos su café ojea el periódico. Como es obvio (para él), siempre lee el mismo tipo de periódico, el cual tiene un sesgo ideológico que encaja con el suyo ¿por qué? quizá por costumbre, quizá porque le gusta el redactado de las noticias… Preguntémosle amablemente:
- Disculpe, ¿por qué lee usted siempre el mismo periódico? ¿Ha visto que tiene allí un par más?
- ¿Dónde? ¡Ah! Eso es no es periodismo hijo, esos fachas no dicen más que mentiras.
¿Y bien? Pues aquí tenemos su respuesta. No hace
falta ser un experto en el tema para identificar en esta un alto contenido subjetivo que corresponde a la opinión, que podemos compartir o no, bastante arraigada y con una fuerte
connotación peyorativa. En esta representación, vemos reflejado un pensamiento
sencillo, una manera de vivir que no implica más complicación que seguir la
corriente. Nuestro ya conocido amigo, al que podremos llamar por su nombre,
Eusebio, ha nacido con una serie de condicionantes sociales y culturales que le han hecho posicionarse en un determinado lugar del tablero.
Hay fichas blancas que están más en el centro que otras, negras que se han ido más
hacia la otra posición, pero negras y blancas al fin y al cabo. Las fichas siguen las delimitaciones y movimientos que siguen las de su color, y así sucede en este
caso.
El bueno de Eusebio, siempre
leerá, escuchará, votará y realizará comportamientos similares a los que
piensan como él, sin cuestionarse que quizá esos que han elegido la ficha del
otro color puedan tener razón objetivamente. Para él, la razón será siempre
subjetiva.
Cómo en el caso de Eusebio, paseamos
por el mundo repitiendo opiniones, siendo voceros de otros, sin llegar a
cuestionarnos qué es lo que nosotros pensamos, menospreciando nuestra propia
opinión que queda silenciada por los mantras de la masa que repetimos a diario.
Hoy día resulta extremadamente sencillo crear una opinión sobre un tema concreto. Por ejemplo, preguntémosle a Eusebio que opina sobre el expresidente de Estados Unidos Donald Trump.
- Disculpe Euse…
¡Vaya! Parece que nuestro buen
amigo ha entrado a trabajar, y no quedan más que las migajas de su
desayuno y un tercio del café sobre la mesa. Debe haberse ido con prisa. No importa, estoy
seguro de que podremos encontrar a alguien más.
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